ETAPA 48 DE CARIÑO A SAN ANDRÉS DE TEIXIDO ( KM)
Etapa mítica con un simbolismo y transcendencia mucho más de lo que se podría razonar.
Empezamos la etapa en Cariño con una lluvia ligera, algunas personas del grupo se pusieron los chubasqueros pero con la idea en la mente de que este agua era algo pasajero y que en breves saldría el sol.
Empezamos a subir con una pendiente al principio no muy fuerte. El paisaje que nos rodeaba era muy hermoso y esperábamos poder disfrutar de estas vistas y este paisaje a lo largo de toda la etapa.
Pasamos por la Aldea Fontao, el bar en el que teníamos previsto parar, estaba cerrado.😓
Seguimos subiendo y la pendiente se va haciendo más acentuada y ... cada vez llovía más, y ... a lo lejos veíamos algo de niebla.
Una señal a la izquierda nos informa de que a 2 km está la aldea Campo do Monte. Nuestro grupo no toma ese desvío, continua por la carretera. Seguimos en cuesta y desde aquí hay unas vistas hermosas de Cariño y la costa. La pendiente cada vez se acentúa más y seguimos subiendo. Tampoco la lluvia cesa, el agua nos cala hasta los huesos.. Y ...

Empieza la niebla. que conforme vamos subiendo se va haciendo más densa. En este punto nos encontramos en un cruce con señalizaciones en tres direcciones diferentes. Nuestro grupo continúa hasta el final de la etapa por la misma carretera DP2205.
El último km de subida, con la niebla más densa aún y con una mojadura que nos llegaba a los huesos, se nos hizo eterno. No veíamos la ansiada garita de Herbeira, ni nada de nada. Ni siquiera pudimos hacer una triste foto de este paisaje único. 😓😓😓Por fin empezamos a descender, imposible ver la costa, las playas, los acantilados las islas, los animales ,... Cuando estábamos bajando nos sorprendió un sonido atronador, como si un avión estuviera despegando, ...
¡Eran molinos eólicos! que apenas se podían percibir por la densa niebla que nos rodeaba.
Después de varios Km envueltos en la bruma, con la preocupación que el grupo tenía ante la posibilidad de que alguien se perdiera, pues en algún momento no veíamos más allá de nuestras narices; por fin, la niebla empezó a disminuir. ¡Menudo alivio!.


También podemos encontrar los restos de un viejo navío encallado. Su casco oxidado no ha sido retirado y se fusiona con el entorno de rocas y vegetación.
También cuenta en sus proximidades con la cascada de Teixidelo. El agua se precipita desde unos 50 metros directamente al mar.
Otra curiosidad es una pequeña laguna glaciar, formada debido a que el nivel del mar era muy inferior hace siglos en la zona. ¡Esa si pudimos sacarle esta foto!
Por fin llegamos a San Andrés de Teixido. Ya el paisaje, las personas, los coches, el mar,... eran perfectamente visibles. Parecía otra etapa diferente.
Cuando llegamos, lo primero que nos llama la atención es la gran cantidad de tiendas típicas, vendiendo una gran cantidad de productos diversos, hay mucho turisteo, lo propio de estos sitios. Había varios autobuses y mucha gente. Personas que venían de lugares diferentes.
El pueblo está sobre una falla. En un valle de la Sierra de A Capelada. Es el santuario más visitado de Galicia, después de Santiago de Compostela. La iglesia de San Andrés de Teixido es probablemente el lugar más fotografiado de la localidad, debido a su llamativa fachada blanca, de estilo marinero, que contrasta con el color del mar y el fondo del Atlántico.El santuario cristiano data de la Edad Media,
pero los estudiosos sitúan antes la existencia de Teixido, como lugar de culto
de druidas y dentro del mundo Celta, esta zona sería una
especie de puerta hacia el más allá. Por eso, se habla de esta como la peregrinación
más ancestral.
Es en este entorno donde se encuentra uno de los acantilados más altos de Europa continental -Vixía Herbeira-, la única playa de arena negra no volcánica del mundo y una especie de bosque petrificado. La Serra da Capelada. Es, además un lugar de importancia geológica mundial. Toda esta zona está protegida por la UNESCO.
En San Andrés de Teixido hay que cumplir varias tradiciones:
1 - Hacer la romería llevando una piedra que se deposita en uno de los amilladoiros de la zona, para confirmarle al santo que se ha ido en vida. Estos amilladoiros o milladoiros, son pequeñas acumulaciones de piedras que se forman por costumbres de peregrinos que asisten a santuarios o romerías y que se acumulan con el paso del tiempo. Nuestro grupo las puso a la entrada de la iglesia.
2 - Ofrenda de cera. Muchos de los fieles y peregrinos de San Andrés de Teixido dejan sus exvotos, ofrendas de cera con forma de pierna, brazo o la parte del cuerpo que necesiten que sea curada. Pusimos velas.
3 - Se hace una petición al Santo, se bebe de la Fonte de los tres caños y se tira una miga de pan a la fuente. Si la miga flota es que el Santo te concede el deseo, si no flota, tienes que volver. Parece que a este agua le atribuyen propiedades medicinales. Como el agua no es potable, sólo nos mojamos los labios.
4 - Descender hasta la orilla del mar, en busca de la herba de namorar, también llamada empreñadeira, y volver a la iglesia con el ramo. Se nos olvidó esta.
5 - No pisar ningún animal pues puede ser un alma haciendo la peregrinación. El único animal que vimos en los alrededores era el perro que había estado dormitando bajo el altar durante la misa, seguro que había una gran cantidad de insectos, aves, lagartijas, .... No vimos nada y no pisamos nada.
Sin que sea tradición, son muy típicos los Sanandresiños. Amuletos que no son más que figuritas hechas con miga de pan, decoradas y coloreadas. Hay ocho modelos de amuleto diferentes y cada uno tiene una finalidad distinta.
Iglesia de San Andrés de Teixido.
El templo tiene su origen en el siglo XII, momento en el que se atribuye la existencia de un monasterio en el mismo lugar, pero la iglesia como tal es de los siglos XVI – XVII, de estilo gótico-barroco. De la construcción inicial solamente se han conservado la puerta del muro de la fachada norte y algunos de los murales del interior. Cruceiro en San Andrés de Teixido.
Se cree que la peregrinación a Teixido comenzó a partir de la Edad de Hierro, durante la cultura castreña, aunque de hecho el primer registro de la existencia de peregrinación aparece en el año 1391.
Lo más curioso de este singular enclave rocoso es que parece haber estado unido a tierra firme hace siglos y, de hecho, se llegaron a encontrar entre sus límites distintos restos de cerámica antigua que permiten sostener dicha teoría. Además, al margen de su enorme riqueza histórica y natural, este pequeño archipiélago de las Rías Altas es también reconocido por ser uno de los lugares de Galicia donde se concentra el percebe más sabroso.
Cuenta la leyenda que a las costas cedeiresas arribó la barca del Apóstol San Andrés, si bien este discípulo de Jesucristo tuvo la mala suerte de sufrir un terrible naufragio. Al parecer, al poco de sufrir la catástrofe el bote no tardó en convertirse en piedra, quedando para siempre petrificada y dando lugar al peñasco más grande de la isla de Gabeira. De hecho, vista desde lejos, muchos dicen que la enorme roca evoca el semblante de un viejo navío.
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