ETAPA 26 DE POLADURA DE LA TERCIA A PAJARES (13,6 KM)



 ETAPA 26 DE POLADURA DE LA TERCIA A PAJARES   

Todo el grupo esperaba con ilusión la "gran etapa", la etapa en la que atravesábamos el Pajares, el gran puerto de montaña, frontera entre Asturias y León. No íbamos a subir los 1378 metros que tiene, pues León está a 800 metros de altitud; pero sí  vamos a bajarlos. 
En el siglo XVIII, con el respaldo de Jovellanos y Campomanes fue elegido como principal paso de la Cordillera Cantábrica con el resto de España. Las obras para adecuar ese paso a los nuevos tiempos, empezaron en 1771 y acabaron en 1834.
La lluvia nos acompañó durante parte del recorrido y en algunos momentos el suelo estaba resbaladizo y engañoso pero fue una etapa preciosa. 
 Poladura de la Tercia
Salimos del pueblo. Descendimos a la parte baja de Poladura, pasando junto a la posada. Al llegar a la carretera la seguimos a la izquierda, cruzando el río Rodiezmo, afluente del Bernesga. 
                         
Abandonamos enseguida la carretera por el arcén derecho, siguiendo las indicaciones de las tablillas de Cuatro Valles. 
El camino discurre en ascenso, para subir en paralelo a una alambrada con postes de madera que en unos momentos tenemos que dejar a la derecha y en otros a la izquierda, hay que prestar atención a las señales.
                      
A partir de este punto, siendo un tramo de montaña de sendas menos definidas, debemos guiarnos en la distancia, asegurándonos de controlar la siguiente flecha, tablilla o cualquier señal indicativa, pues está perfectamente señalizado.
Los primeros pastizales llevan a zonas más rocosas, con pasos más estrechos. Dejando Peña Cháncara a mano izquierda, el Camino rodea el collado Los Eros, a 1400 metros de altura.
Este primer tramo es subida continua, con algún falso llano en la zona llamada Golpegueras.
Vemos alguna cueva sospechosa de madriguera para algún animal.

Continuamos subiendo para llegar al Canto La Tusa, en ese momento mirando hacia el valle, vimos a lo lejos una piara de unos treinta jabalíes, grandes, medianos y pequeños. 
Proseguimos caminando hacia el alto de Los Romeros donde se alza la cruz de San Salvador (Km 2,8)
Llegamos a la cruz, atravesando un paso labrado en la roca, resto testimonial de la calzada romana. Es una cruz preciosa. 

Está representada por un bastón con su calabaza y haciendo de cruz, la palabra San Salvador, es de acero, de 1,8 metros y está sostenida por un mástil de 5 metros de altura y metido más de metro y medio en pura roca. Su peso supera los 250 kilos. Fue colocada en el año 2012 por J. Antonio Cuñarro con la ayuda de siete amigos.
                            
¿Por qué está puesta en este lugar?. 
Sólo hace falta darse la vuelta y observar. Desde lo alto se puede apreciar que estamos en un antiguo glaciar que hace del paisaje algo impresionante.
Después de sacar unas cuantas fotos y dejar una piedra a los pies de la cruz, continuamos la escalada y a escasos 400 metros viramos levemente a la derecha, para coronar el repecho final que nos conduce a un collado. Llegamos al punto más alto de la etapa y uno de los más altos de los caminos de Santiago.        
La Collada del Cueto (o del Coito, en leonés-asturiano), techo del Camino del Salvador a 1.568 metros de altitud, donde también han colocado una cruz.
 Nos acercamos también a esta cruz, que está a la derecha en un pequeño promontorio antes de proseguir la marcha. 

                     
        Cruz latina          Cruz griega           Cruz de Tau       Cruz Árbol de la Vida   
       
De ocho puntas     De San Millán            Cruz Copta                Cruz Rusa

Yo no tenía ni idea de que había tantos tipos de cruces diferentes. Conocía algunas pero otras no y aquí faltan la de Santiago y la de Calatrava, de modo que seguramente aún hay más.


      Cruz Mariana       Cruz Papal o Triple     De San Damián       Cruz de San Andrés
                 
 Cruz de Santiago                                  Cruz de Calatrava                  
                        
                                                       
Sigamos contando cómo continua la etapa. 
Desde la cruz de la collada del Coto, bajamos el montículo donde está situada y retomamos la marcha. 

Superamos una alambrada atravesando una especie de portilla giratoria metálica, con alguna que otra risa.  
                     
Enfrente, en lo profundo del valle, vemos el pueblo de Busdongo, lugar de nacimiento de Amancio Ortega y célebre por su exquisito pan. Sin embargo, no vamos a dirigimos hacia allí sino que giramos hacia la izquierda.
Iniciamos el descenso por una ladera herbosa, en fuerte pendiente, bajamos en diagonal por la vertiente de la sierra

                          
Vimos a una parte de nuestro grupo empezando a subir el siguiente collado.
Y el resto del grupo, el rezagado, continuábamos el descenso. El camino estaba tan embarrado y desdibujado que hubo un momento en que nos pareció tan difícil intentar seguir el camino señalado, como bajar montaña abajo trazando nuestra propia diagonal. Y eso es lo que hicimos.
Una vez llegamos abajo, cruzamos un arroyo y la zona más próxima a él bastante encharcada. 
Unos 100 metros adelante, siguiendo las flechas, viramos a la izquierda,  a un camino ancho de tierra en fuerte pendiente, una pista forestal (4,3 Km),  que nos conduce a un alto, a un collado. Si hubiéramos seguido de frente, se veía Busdongo.
Collado de la Sierra del Cuchillo. Remontamos a 1564 metros de altitud, entre brezos y pinos. Una subida hermosa. 
Desde lo alto se puede ver la Colegiata de Arbás.
                           
Parece ser que en los días de niebla los monjes tocaban las campanas  para que los peregrinos y peregrinas pudieran orientarse y llegar al salvo al hospital que estaba situado en Santa María de Arbás.                                  
                   
A nuestro grupo también le pilló un poco de niebla, poca, pero suficiente para pensar en la dificultad añadida que supondría la niebla.
                       
A lo largo del descenso debemos atravesar una portilla y salvar dos arroyos. 
Lo de los arroyos tiene su importancia porque bajaban con mucha agua y no había ni puente, ni piedras que ayudaran, de modo que atravesarlos sin ningún tipo de apoyo, supuso muchas mojaduras. 
Creo que ninguna persona del grupo, y éramos catorce, se libró de mojarse.
Bajamos  por el valle Madera, hasta llegar a la majada de las Caballetas.

Majada de las Caballetas 
Un bello paraje donde suele haber ganado.
Superamos un riachuelo y 150 metros más adelante dejamos el camino principal para tomar un sendero herboso a mano derecha, a media ladera, el suelo estaba bastante encharcado. Nos dirigimos hacia tres torres eléctricas que están sobre un montículo; tras rodearlas por la derecha, descendemos con mucho cuidado (tramo abrupto y resbaladizo) a las casas de Arbás del Puerto, al pie de la carretera nacional.
 Fijaos bien, pues debemos bajar por la ladera de la izquierda y franquear una portilla de madera (hay flechas sobre la pared del edificio), evitando acercarse al cauce del arroyo. 
Esto es lo que nos dicen las indicaciones pero ....
Como no todas las personas tienen el mismo ritmo para caminar, en nuestro grupo hay personas que caminan más rápido y personas que son más lentas. Hoy supuso que un grupo pasara por Arbas del Puerto y el otro no. 

 Arbas del Puerto (7,6 Km).
Este poblado creció al abrigo de la colegiata románica de Santa María del siglo XII. Ya en 1116 se construyó una hospedería para los peregrinos y peregrinas, junto al templo. Los caminantes encontraban aquí asistencia y refugio. Este primitivo conjunto hospitalario debió ser muy humilde, de modo que el rey leonés Alfonso XI mandó construir la iglesia de Santa María en el año 1216.
Por el siglo XIII, dominaban Entrellusa, islote costero amplio situado en Carreño,  en donde ahora se ubica Perlora. Importante puerto ballenero. Los monjes importaban de allí las cosas que necesitaban para la abadía  y para el comercio con toda la zona asturiana, leonesa, zamorana, etc. 
Importaban el famoso aceite de ballena y exportaban trigo, cebada, centeno, lana, ...
El carácter mercantil de la Abadía está arraigado en la memoria.
Hasta el año 1950 el entorno actual de Perlora conservaba los restos del puerto: rampas empedradas, muros, piedra labrada ... Todo se destruyó para construir la ciudad residencial que ahora da pena e indignación ver en que estado de abandono se encuentra.
                        

Alto de Pajares (8,8 Km)
                         
No sé en qué lugar de la ruta la otra parte de nuestro grupo nos desviamos del Camino. Llegamos a las torres de alta tensión, ya se ven en la foto, y desde allí seguimos caminando.
Sí que es verdad que en algunos momentos, tratando de evitar tanto encharcamiento y barro, teníamos que volver a buscar las flechas amarillas, pero las seguimos bien. Pues el caso es que en algún punto no lo hicimos tan bien porque de repente nos vimos en la carretera que se acerca al parador de Pajares. Sólo tuvimos que saltar el quitamiedos de la carretera y coronamos el puerto a la vez que el resto del grupo que venía desde Arbás. Evidentemente nos dijeron que habíamos atajado, que habíamos hecho trampa.😂

Cuando llegamos arriba lo primero que vemos es el cartel indicador de que entramos en el Principado de Asturias, evidentemente nuestro orgullo asturiano se hizo presente e incluso, junto con Jose Vicente, iniciamos el canto del Himno de Asturias. 
Y curiosamente la bandera del Principado de Asturias también tiene una cruz, la de la Victoria.
También se ven indicadores del puerto y su altitud.                                                               
                      
Vemos el  parador y vamos hacia él. La imagen del antiguo Parador de Turismo ha quedado en la retina de miles de familias, pues durante décadas era parada obligada en los desplazamientos entre la Meseta y el Cantábrico.
 El parador se construyó en 1953, por el régimen de Franco y contaba con 33 suites, un lujoso restaurante y decenas de salones con chimeneas. Tuvo años de mucho esplendor por su situación inmejorable y sus vistas espectaculares. 
Pero con los años poco a poco fue decayendo en principio por falta de acuerdo entre quien tendría que regentarlo (Asturias o León) y tomar decisiones sobre él. Una verdadera lástima.  
Tras dos cierres sucesivos en 1979 y 2004, parece que será rehabilitado; de momento funciona la cafetería.
                    
Paramos en el parador, ahora restaurante, para reponer fuerzas y sellar nuestras credenciales. Después de tanta mojadura, nos hemos ganado un descanso.    
Y ahora empieza lo bueno. Vamos a bajar desde 1378 metros hasta llegar a nivel del mar.
Antes de empezar la bajada nos quedados embobados y embobadas admirando tanta belleza. Nos hipnotizó. El paisaje nos fascinó. El macizo montañoso, macizo de Ubiña, el gran valle entre las montañas y una especie de cordal entre ellos con una carretera aparentemente de tierra, sobre ella. Lo dicho, difícil de detallar. Según Mª Jesús "la muralla china". Sacamos fotos y vídeos.
Pues ya para empezar a bajar, nos volvimos a "perder", ¡vaya día!. En lugar de bajar desde el lateral del parador, hicimos unos cuantos metros por la misma carretera nacional. Tuvimos suerte porque casi no había tráfico y no resultó peligroso. Está claro que si no hubiera sido así, habríamos buscado otra solución. Fue simpático porque éramos conscientes de que no era por allí y ¡bajamos corriendo!. A ver quien puede decir que bajó Pajares corriendo. 
Encontramos por fin la flecha amarilla que nos guía siempre en el camino, y en este caso nos redirigió a la izquierda. Un cartel nos avisa de que es terreno protegido para el oso. Cruzamos una cerca, ésta es una barra larga de hierro con una cadena y en un lateral deja un espacio para que podamos pasar al otro lado, lo cierto es que como tengas un poco de barriga o de culo, te va a costar un poco.
Caminamos de frente, unos metros y llegamos a una bifurcación, hacia la izquierda nos dirige a San Miguel del Río por la carretera que vimos desde arriba sobre la cordal, hacia la derecha al pueblo de Pajares por la montaña, nuestro destino final hoy. 
Algunas querríamos tirar a la izquierda porque a la derecha teníamos un grupo de caballos pastando y nos daba miedo pasar al lado, pero no se nos hizo la gracia, el camino nos mandó a la derecha, entre los caballos.
Ya antes de llegar al grupo de caballos, uno vino hacia nosotros. Primer susto.  
Pasamos al lado de los animales y continuamos el descenso, ahora camino estrecho y difícil  entre rocas y matorrales. 
En un momento vimos una serpiente que ante nuestra presencia se escondió entre las piedras.
Seguimos bajando y el suelo estaba completamente cubierto de una capa de hojas de varios centímetros de espesor, lo que suponía el peligro añadido de no saber dónde pisas, había raíces, huecos, agua, barro y no sabías en donde apoyar el pie. Cuando salimos de ese tramo y estábamos cruzando un arroyo, este más fácil de atravesar que los anteriores, vino al galope, nuestro amigo el caballo. 
Nos respiró encima. El animal cruzó el arroyo a la vez que nosotras, y galopó por el prado hacia abajo. ¡Vaya susto pasamos!. El resto de nuestro grupo que ya estaba al fondo del prado, también vio venir el caballo frente a ellos.
Atravesamos el claro, todavía con inquietud por no saber por donde andaría el animal y giramos bruscamente a mano derecha para internarnos en un hayedo, aunque también tiene acebos; descendimos por éste (tramo escasamente señalizado) y salimos a otro prado, por el cual seguimos en franca bajada hasta desembocar en una pista de tierra que seguimos a la derecha.
                        
Transitamos por ella durante 1,2 kilómetros y la dejamos por la izquierda, descendiendo hasta otra pista que conduce directamente al pueblo. En este recorrido nos volvemos a encontrar a nuestro amigo equino pastando tranquilamente. Muy valientes pasamos a su lado sin problema.

Para continuar la marcha tenemos que atravesar otra barrera metálica para vehículos.

Abandonamos la pista principal por un sendero, que al cabo de 500 metros confluye con un camino más ancho; superamos el cementerio de Pajares y entramos en la localidad por su calle principal. Ahora tenemos que subir un poco por la carretera para llegar al bar donde nos están esperando nuestros compañeros y compañeras.

Pajares (Payares en asturiano) (13,6 Km) (Distancia meramente orientativa porque hemos hecho la etapa de hoy, un poco "diferente").

Entramos así en el pueblo por el barrio La Campa, junto al cementerio.

Podemos visitar la iglesia de San Miguel; unos metros más allá, en la misma calle, está el albergue de peregrinos. El pueblo cuenta con un bar-pensión a pie de la carretera.

Son muy típicos los suspiros de Pajares (o de Payares, en asturiano), unas galletas tradicionales a base de mantequilla clarificada, huevo, harina y azúcar.

Esto es lo que vemos desde el pueblo de Pajares.
La etapa que atraviesa las Forcadas de San Antón y la de hoy bajando el Pajares son indescriptibles. Es imposible encontrar palabras que transmitan de verdad cómo son. Son paisajes extraordinarios, magníficos, increíbles, ... espectaculares. Te quedas observando con tal admiración, que cualquier palabra que utilices se queda corta. Esperamos que los vídeos y las fotos puedan dar una idea más aproximada a esta realidad. Merece la pena cualquier esfuerzo que hagas y aunque acabas con las piernas muy cansadas, no importa. Lo dicho, merece la pena.



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